¡Viva España!"
sábado, 23 de agosto de 2008
LA HISTORIA EN SUS TEXTOS
¡Viva España!"
viernes, 22 de agosto de 2008
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA
No existe un acuerdo universalmente aceptado sobre la periodificación de la historia, aunque si un cierto consenso entre los estudiosos de la historia (y que por lo tanto se ha visto reflejado en el ámbito académico) para la civilización occidental que a su vez, ha sido extrapolado al resto del mundo. Así, tradicionalmente la historia ha sido dividida en edades las cuales han sido además divididas en otros periodos:
- PREHISTORIA
- HISTORIA ANTIGUA
- HISTORIA MEDIEVAL
- HISTORIA MODERNA
- HISTORIA CONTEMPORÁNEA
Un problema fundamental que se presenta a la hora de llevar a cabo cualquier periodificación es el de su validez para distintos marcos geográficos, pues el devenir histórico es distinto en cada uno de ellos. Además, a esto hay que añadir los periodos de transición, que varían, claro está, entre un lugar y otro. Estas cuestiones no tienen fácil solución y la mayoría de las veces se solventan con acuerdos de carácter general entre los historiadores.
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE ESPAÑA
Así, la historia de España, siguiendo básicamente el mismo esquema en que se divide la historia universal, ha sido dividida en las siguientes etapas:
- PREHISTORIA
- HISTORIA ANTIGUA
- HISTORIA MEDIEVAL
- HISTORIA MODERNA
- HISTORIA CONTEMPORÁNEA
LA HISTORIA EN SUS TEXTOS
"1. Acuerdos de paz negociados abiertamente (...) La diplomacia procederá siempre (...) públicamente.
2. Libertad absoluta de navegación sobre los mares (...)
3. Supresión, hasta donde sea posible, de todas las barreras económicas (...)
4. Suficientes garantías recíprocas de que los armamentos nacionales serán reducidos al límite compatible con la seguridad interior del país.
5. Libre ajuste (...) de todas las reivindicaciones coloniales (...)
6. Evacuación de todos los territorios rusos (...)
7. Bélgica (...) deberá ser evacuada y restaurada.
8. Todo el territorio francés deberá ser liberado (...) El daño hecho a Francia en 1871, en lo que se refiere a Alsacia-Lorena (...), deberá ser reparado.
Versión en alemán de los 14 Puntos de Wilson.
9. Deberá efectuarse un reajuste de las fronteras de Italia, siguiendo las líneas de las nacionalidades claramente reconocibles.
10. A los pueblos de Austria-Hungría (...) deberá serles permitido, con la mayor premura, la posibilidad de un desarrollo autónomo.
11. Rumania, Serbia y Montenegro deberán ser evacuados (...) A Serbia se le concederá libre acceso al mar (...)
12. A los territorios turcos del actual Imperio otomano se les garantizará plenamente la soberanía (...), pero las otras nacionalidades que viven actualmente bajo el régimen de este Imperio deben (...) disfrutar de una total seguridad de existencia y de poderse desarrollar sin obstáculos.
13. Deberá constituirse un Estado polaco independiente, que comprenda los territorios incontestablemente habitados por polacos, los cuales deberán tener asegurado el acceso al mar (...)
14. Deberá crearse una Sociedad general de las Naciones en virtud de acuerdos formales, que tenga por objeto ofrecer garantías recíprocas de independencia política y territorial tanto a los pequeños como a los grandes estados."
Discurso del presidente Wilson al Congreso de EE.UU.
8 de Enero de 1918
MAURICIO ANTÓN: UN PALEOILUSTRADOR ESPAÑOL
En este sentido, se ha destacar un nombre, que tenemos la suerte de ser español, Mauricio Antón. Él es un especialista en el campo de la recreación
artística de cómo era la vida hace miles de años. Además de trabajar para revistas especializadas, museos e impostantes productoras de documentales, ha colborado con los codirectores del Proyecto Atapuerca en libros como La especie elegida, El chico de la Gran Dolina o El collar del neandertal.
LA HISTORIA EN SUS TEXTOS
jueves, 21 de agosto de 2008
¿QUÉ ES LA HISTORIA?
"La historia en sus dos sentidos - la investigación llevada a cabo por el historiador y los hechos del pasado que el estudia -, es un proceso social, en el que participan los individuos en calidad de seres sociales; y la supuesta antítesis entre la sociedad y el individuo no es sino un despropósito interpuesto en nuestro camino para confundirnos el pensamiento."
Edwar H. Carr: "¿Qué es la historia?"
"...bueno será que se comience a enseñar la historia como un sistema de investigación: como un conjunto de métodos cuya finalidad principal es la de ayudar a los hombres a que, a través del desciframiento de su pasado, comprendan las razones que explican su situación presente y las perspectivas de que deben partir en la elaboración de su futuro. Una historia-herramienta , que enriquece la capacidad de comprensión y de crítica, supone una participación activa de todos cuantos se interesan por ella..."
Josep Fontana: "Los métodos de la Historia" (Cardozo-Brignoli)
"La historia es el estudio científicamente elaborado de las diversas actividades y de las diversas creaciones de los hombres de otros tiempos, captadas en su fecha, en el marco de sociedades extremadamente variadas y, sin embargo, comparables unas a otras (el postulado es el de la sociología); actividades y creaciones con las que cubrieron la superficie de la tierra y la sucesión de las edades".
Lucien Febvre: "Combates por la historia"
ENRIQUE IV DE TRASTÁMARA
Enrique IV de Trastámara.
El reinado de Enrique IV de Castilla se extiende a lo largo de dos decenios exactos, y se sitúa entre el reinado de Juan II (1406-1054) y el de los Reyes Católicos (1474-1516). Enrique IV de Trastámara conocido vulgarmente como Enrique el Impotente, era hijo de Juna II y de María de Aragón, y hermanastro de Isabel I. Este reinado, que constituye una de esas épocas de transición, ha sido considerado como el último extremo en la decadencia del poder regio.
Por el reinado de Enrique IV desfilarán personajes muy diversos pero sumamente ilustrativos de este tiempo cambiante. El primero de todos es su propio padre, un monarca cuya innegable abulia por los asuntos de gobierno resultó inversamente proporcional a la intensidad del esfuerzo desarrollado por su privado, Álvaro de Luna, para el restablecimiento de una monarquía autoritaria que acertara a prevalecer sobre la oligarquía nobiliaria. Juan II, quien en 1419, a los quince años, alcanzó la mayoría de edad, habría de disputar con sus primos aragoneses, a lo largo de los siguientes treinta y cinco años, el efectivo gobierno de Castilla. Una pugna, ésta, en la que correspondió al poderoso privado don Álvaro de Luna enfrentar su programa de monarquía autoritaria con el secular sentido aristocrático del ejercicio del poder distintivo de los infantes de Aragón.
Este universo de referencias no sólo no había desaparecido, sino que persistiría desde el comienzo del reinado de Enrique IV. Desaparecido Álvaro de Luna en 1453, Juan Pacheco, el Marqués de Villena, se convertiría, aunque sin la fuerza emocional y política suficiente, en su sucesor en el ánimo de Enrique IV hasta 1461, aunque carecía de su sentido de la monarquía, del ejercicio del poder, y de la autoridad del rey. Probablemente Juan Pacheco no tenía una ambición inferior a la de Álvaro de Luna, pero claramente si le superó en la escasez de sus escrúpulos. En 1462, Beltrán de la Cueva se convirtió en el nuevo privado del monarca y defendería ardorosamente la causa regia frente a los nobles.
A lo largo de este periodo Enrique IV se enfrentó en varias ocasiones con la alta nobleza, como de 1463 a 1468, en torno a la asunto de la sucesión castellana. Los nobles sublevados intentaron que el rey reconociera como heredero a su hermano, el príncipe Alfonso, y propagaron el rumor de que su hija Juana era ilegítima, apodándola 'la Beltraneja' para indicar que su verdadero padre era Beltrán de la Cueva. La contienda intestina con su hermano Alfonso, con episodios tan controvertidos como la deposición de su efigie en Ávila, no vienen sino a testimoniar la necesidad de reimpulsar la monarquía y dotarla de legitimación. Los últimos años de su vida, que coinciden con el matrimonio de su hermana Isabel con Fernando de Aragón, contemplan un pleito sucesorio que no se cerraría ni siquiera con su propia muerte.
SANCHO III "EL MAYOR"
Juan de Ricci: Sancho III El Mayor (siglo XVII).
El reinado de Sancho III el Mayor de Pamplona (992-1035) va a marcar el tránsito de la baja a la plena edad media en la Península Ibérica.
Esta agonía del Califato permitiría, en cambio, que la España cristiana se levantase de la postración política y de la posición militar defensiva a las que estaba reducida desde hacía casi un siglo; pero el Reino de León no conservaba en ella su antigua supremacía, y ante la Monarquía asturleonesa, heredera de la visigoda-toledana, se levantaban nuevas potencias cristianas, como el Condado de Castilla y el Reino vascón de Pamplona. Así, a la hegemonía leonesa, quebrantada ya desde hacía algunos años por la hostilidad castellana, va a suceder ahora, aunque por poco tiempo, un periodo de hegemonía vascona. Sancho III Garcés, Rey de Pamplona, logrará, imponerse a León, someter a su influencia política el Condado de Castilla, colonizado en parte por vascones, y sustituir pasajeramente al Emperador leonés en su título imperial. Y después de su muerte será un hijo de Sancho Garcés, el príncipe Fernando, conde ya de Castilla, el que, al extinguirse en línea masculina la dinastía asturleonesa, recogerá la herencia del Imperio hispánico de León.
Territorios de Sancho III El Mayor.
A parte de lo ya apuntado, Sancho III el Mayor fue el introductor de las corrientes ultrapirenaicas dentro de la Península, tomó el carácter patrimonialista del poder, por el cual el rey tenía derecho a dividir el territorio entre sus hijos . Así, Sancho III el Mayor repartió el reino entre sus hijos García Sánchez, Fernando, Ramiro y Gonzalo.
Así, aunque para cualquier historiador resulta siempre difícil hacer divisiones de la historia, que por otra parte son necesarias para el análisis, entendimiento y explicación de la misma, desde mi opinión diré que los principales reinados de la Edad Media española son los de Sancho III el Mayor, el de Alfonso X el Sabio y el de los Reyes Católicos. Estos tres reinados marcan etapas de tránsito y están cargados de una importancia esencial.
jueves, 14 de agosto de 2008
LA GUERRA DE CUBA
Se trata de la primera guerra filmada, y en la que la prensa va a jugar un papel de primera mano en el desarrollo y desenlace final del conflicto.
José Martí, lider independentista cubano.
Los rebeldes cubanos controlaban el campo, gran parte de la selva y los montes. Se trataba esta de una guerra de guerrillas, de continuo desgaste del enemigo, en la que el machete, usado para cortar la caña de azúcar, era el arma mortífera contra los españoles. Al final las tropas españolas estaban desmoralizadas y enfermas. Fue esta una guerra donde murieron muchos civiles.
Desde España, donde había divergencias políticas respecto al grado de autonomía que se debía conceder a la isla, se enviaron miles de soldados. Por otra parte, a parte del cubano, a España se le abrió un segundo frente en Filipinas.
A finales de 1897 la guerra de había detenido, y España llegó a un pacto con los rebeldes, concediendo la autonomía plena a los cubanos.
La intervención de los Estados Unidos
En esta época EEUU había crecido muchísimo. Era patente su afán en tener una escuadra poderosa de cara a ampliar su comercio internacional, ya que producía más productos de los que podía consumir. EEUU sólo necesitaba un pretexto para intervenir Cuba, y ese pretexto lo iba a conseguir pronto. En enero de 1898 envió a La Habana al acorazado Maine, con la excusa de proteger a los ciudadanos estadounidenses de la isla. En la noche del 15 de febrero el navío explotó, y EEUU acusó a España de esto. Todavía no está del todo clara la responsabilidad de este suceso, pero parece que el navío fue volado por los propios estadounidenses.
EEUU ofrece 300 millones de dólares por la isla a España, pero lo rechaza. Al final, EEUU decide entrar en guerra. El gobierno español, por su parte, se ve forzado a la guerra contra su voluntad para salvar el régimen constitucional.
La Paz de París y el final de la guerra
LAS MISIONES JESUÍTICAS GUARANÍES
Ruinas jesuíticas de San Miguel Arcángel en Brasil.
martes, 12 de agosto de 2008
LA MUJER EN LA PREHISTORIA
En la Prehistoria se relaciona a la mujer con la preparación del alimento y la preservación de unas adecuadas condiciones de higiene y salud, asimismo con el cuidado del resto de los miembros del grupo. Es cierto que tradicionalmente se han minusvalorado estas actividades, sin embargo en todas las sociedades conocidas se ha dado una división del trabajo por sexo, que debe entenderse como una estrategia social para obtener el máximo éxito en la explotación de recursos.
Las mujeres cazaban e intervenían en determinadas producciones como la de piedra tallada o metalurgia. Además las imágenes del pasado las muestran integradas en actividades rituales y religiosas.
Artículo tomado del blog conarteysal.blogspot.com
CANALETTO: EL PINTOR DE LAS VISTAS URBANAS
"Piazzetta y Bacino de San Marco" (1730-1733).
Desde joven, el pintor empieza a familiarizarse con los paisajes urbanos de su ciudad natal. En 1719 se desplaza a Roma donde tiene ocasión de conocer a Giovanni Paolo Pannini, otro gran pintor de la época y que también sigue la corriente vedutista. Es a partir de sus estancia en Roma cuando empieza a pintar diferentes escenas urbanas.
"Arco de Constantino en Roma" (1733).
Debido a la guerra de sucesión austriaca, en 1746 se ve obligado a trasladarse a Inglaterra, donde se dedica a pintar Londres y la campiña inglesa. Finalmente, en 1756 regresa a Venecia donde muere en 1768.
¿UN BARCO DEL SIGLO XVIII CONVERTIDO EN RESTAURANTE Y DISCOTECA?
Reproducción del Santísima Trinidad en el Puerto de Málaga.
Además de la oferta de restauración, en el barco se alberga un pequeño museo en el que se enponen lienzos que reproducen la batalla de Trafalgar, sables de la época, planos de bueques, instrumentos de navegación, etc. Nuestro interés reside precisamente en el aspecto cultural e histórico del barco, puesto que es una réplica exacta del barco hundido por los ingleses en 1805.
EL SANTÍSIMA TRINIDAD, UN BARCO DEL SIGLO XVIII
Nada más grandioso que la arboladura, aquellos mástiles gigantescos, lanzados hacia el cielo como un reto a la tempestad. Parecía que el viento no había de tener fuerza para impulsar sus enormes gavias. La vista se mareaba y se perdía contemplando la inmensa madeja que formaban en la arboladura los obenques, estáis, brazas, burdas, amantillos y drizas que servían para sostener y mover el velamen".
Maqueta del Santísima Trinidad
EL CONDE-DUQUE DE OLIVARES
Diego Velázquez: "Retrato ecuestre del conde-duque de Olivares" (1634).
Gaspar de Guzmán y Pimentel (1587-1645), conde Olivares y duque de Sanlúcar la Mayor, también conocido como Conde-Duque de Olivares fue valido del rey Felipe IV.
Olivares quería recuperar el prestigio de la monarquía española en el exterior, para lo que intervino en de forma activa en la Guerra de los Treinta Años, pero también llevar a cabo una serie de reformas, radicales, en el interior. Su programa, recogido en el Gran Memorial (escrito redactado por él mismo), pretendía recuperar el poder del rey y el prestigio de la monarquía como institución.
La Unión de Armas fue un proyecto del Conde-Duque de Olivares que consistió en fijar el contingente militar que cada reino o territorio debía aportar para mantener la defensa de la Monarquía Española.
En el Gran Memorial de 1624, Olivares manifestó la intención de extender las leyes de Castilla a los otros territorios de la Monarquía. Uno de esos pasos era precisamente era repartir la carga humana y financiera de la defensa y de la guerra, que estaba sportada casi exclusivamente por Castilla. El plan encontró numerosos obstáculos y no se obtuvo el número de soldados previsto, sustituyendo algunos reinos el alistamiento por cantidades de dinero y, otros, como Cataluña, no participaron en ese proyecto. Así, la Unión de Armas terminaría convirtiéndose en una de las causas de la crisis de la Monarquía en 1640.
Las derrotas en el exterior y el fracaso de sus intentos de reformas en el interior, donde también existía una importante oposición a su política, terminaron apartando a Olivares del gobierno. Así, en 1643 es destituido por Felipe IV, retirándose a Loeches y posteriomente a Toro, donde murió en 1645.
Tumba de don Gaspar en Loeches.
EL CONDE-DUQUE DE OLIVARES Y EL REFORMISMO DEL SIGLO XVIII
Diego Velázquez: "El conde-duque de Olivares".
Olivares intentó reformar la estructura de la monarquía para reforzar la autoridad real, gravando con impuestos a las regiones y dominando a la aristocracia, después de comprobar que el sistema de los Austrias no se adecuaba a los tiempos. La extensión territorial del Imperio español en el siglo XVII hicieron insostenibles los costes para manterner la defensa e integridad de dichos territorios. Por todo ello, el conde-duque se esforzó por fortalecer a la corona, superar al enemigo en el interior, las élites regionales y los nobles castellanos, y por integrar al conjunto de España en una monarquía centralizada. Estas reformas, desde luego radicales para la época, se emprendieron en un mal momento, cuando el rey era débil, la sociedad se mostraba reacia a los cambios y la aristocracia decidida a incrementar su poder.
Si uno se fija en la fecha de 1643, el fracaso de Olivares parace absoluto, sin embargo, sus proyectos no fueron del todo olvidados.
Con la caída de Olivares sus planes de reformas fueron derrotados pero no destruidos, es más, incluso resurgen en las décadas siguientes. A pesar de lo apuntado, no es hasta la llegada de los Borbones en 1700 cuando los ministros se atreven a realizar reformas tan radicales como las del conde-duque. En el siglo XVIII se observan muchas de las mismas preocupaciones que agobiaron a Olivares, y, lo que es más significativo, soluciones parecidas a las suyas: montes de piedad y el impuesto único, proyectos de repoblación, educación de nobles, honrar el trabajo y suavizar los estatutos de limpieza de sangrw(en este sento véase Gonzalo Anes, El Antiguo Régimen: los Borbones, especailmente pp.131 y ss.). A esto hay que añadir el interrogante de si no eran los Decretos de Nueva Planta la realización bajo condiciones más favorables del gran proyecto de Olivares para hacer del rey un auténtico rey de España. Así, aunque estas refomas estaban recubiertas de la retórica internacional propia de la Ilustración, gran parte de su contenido era producción original autóctona (tesis defendida entre otros por J. H. Elliott en El conde-duque de Olivares, pp.745-746).
SEVILLA: "PUERTO Y PUERTA DEL NUEVO MUNDO"
Sevilla en el siglo XVI.
Sevilla constituía el puerto y la puerta del Nuevo Mundo. La metrópoli hispalense era el ámbito terrestre para toda la gente de mar de la Carrera de las Indias.
En 1503 se situó en Sevilla la Casa de la Contratación, destinada a dirigir el tráfico de personas y mercancías con ultramar y, desde entonces, la ciudad fue oficialmente el puerto obligatorio de entrada y salida de embarcaciones para las Indias. Esto hizo que la ciudad creciera tanto económicamente como en número de habitantes, llegando a convertirse en una de las ciudades más grandes de Europa.
Sevilla tenía una serie de ventajas que hicieron a las autoridades decantarse por esta ciudad para monopolizar el comercio y las comunicaciones con América. Así, era el puerto más densamente poblado de la zona, donde podían extraerse marineros con facilidad y además la ciudad podía absorber y alojar la masa de población de marineros, pasajeros y comerciantes que iban a embarcarse en las flotas. Buena parte de la gente de mar eligió como asentamiento el arrabal de Triana en la orilla derecha del Guadalquivir. La ciudad también era un centro administrativo y antigua sede donde se concentraba el poder aglutinador representado or el rey. Sevilla era el centro económico del valle del Guadalquivir, que suponía la vía de comunicación natural de una de las regiones más prósperas, por su riqueza agrícola y su vida urbana, del occidente europeo. Y para financiarlo todo estaban los banqueros genoveses afincados en la ciudad desde la Edad Media. A esto se sumaba su posición de puerto interior, lo que suponía una garantía para evitar los asaltos. Sin embargo, existía un gran inconveniente, la ciudad tenía un puerto fluvial cuya capacidad para recibir navíos de gran tonelaje en plena carga era muy limitada. Por ello, aunque Sevilla fue la metrópoli indiscutible desde el punto de vista demográfico, administrativo o comercial, tuvo que compartir con otros lugares la condición de puerto de las Indias. En realidad, la gran puerta de entrada y salida hacia el Nuevo Mundo fue un complejo portuario que desde Cádiz, pasando por el Puerto de Santa María y Sanlucar de Barrameda, llegaba hasta Sevilla.
El famoso "Arenal de Sevilla", una superficie de unos setecientos metro de largo por trescientos de ancho, era el centro de la vida portuaria de la ciudad. Este Arenal era el auténtico corazón que recibía e impulsaba el flujo marítimo de Sevilla.
El puerto de Sevilla en el siglo XVI con el Arenal en primer término y al fondo Triana.
ESPOZ Y MINA
Ese mismo año, se enroló en el destacamento del inglés Doyle y participó en el sitio de Jaca (1808-1809), tras lo cual se incorporó en el "Corso terrestre de Navarra" dirigido por su propio sobrino Francisco Javier Mina. En 1810 su sobrino fue capturado por los franceses, consiguiendo entonces Espoz y Mina unificar a todos los grupos de guerrilleros de Navarra. Es precisamente a partir de aquella época cuando comienza a ser conocido como el "Pequeño Rey de Navarra". Durante los años que duró la guerra contra los francesese consiguió importantes éxitos guerrilleros así como ascender militarmente.
La vuelta de Fernando VII trajo consigo la persecución de los liberales, ideas que apoyaría Espoz y Mina, como queda reflejado en el pronunciamiento de 1814 en Pamplona intentado proclamar la Constitución gaditana de 1812. Fracasado este intento tendría que refugiarse en Francia.
Tras el triunfo del pronunciamiento de Riego en 1820 regresaría de Francia y apoyaría la causa liberal, pero en 1823 tuvo que huir a Inglaterra para pasar después a París, tras ser derrotado por el duque de Angulema que dirigía los "Cien Mil Hijos que San Luís" y el cual había sido encomendado por la Santa Alianza para volver a restaurar a Fernando VII como monarca absoluto.
En 1833 regresaría a España tras la amnistía concedida por la regente María Cristina de Borbón. A partir de entonces se dedicaría a enfrentarse al carlismo en el norte de España.
Finalmente, Espoz y Mina moría en 1836, depositando después sus restos en un mausoleo situado en el claustro de la catedral de Pamplona.
MANUEL GODOY: LA AVENTURA DEL PODER
lunes, 11 de agosto de 2008
RECORDANDO A ANTONIO DOMÍNGUEZ ORTÍZ
Antonio Domínguez Ortiz nació en 1909 en la ciudad de Sevilla. Su padre era artesano-artista bastante culto lo que influyó en don Antonio para que desde joven se aficionase a la lectura.
En 1932 se licencia en Filosofía y Letras Sección Historia por la Universidad de Sevilla. Durante sus años universitarios conoció a importantes personajes de la Sevilla del momento como Francisco Murillo, Jorge Guillén o Juan de Mata Carriazo y se inició en la investigación histórica realizando diversos trabajos en el Archivo de Indias.
En 1940 se convirtió en Catedrático de Instituto aunque siguió dedicándose a la investigación histórica. en este sentido, su primera obra relevantes es quizás "Orto y ocaso de Sevilla" (1941). Va a continuar publicando e impartiendo cursos en distintas universidades así como ponente en diversos congresos. En 1982 se le concede el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales y en 1985 es nombrado Hijo Predilecto de Andalucía. finalmente, murió en el año 2003.
Como afirma Ricardo García Cárcel en "Antonio Domínguez Ortiz, un historiador social" (Historia Social nº 47, IV 2003), don Antonio fue preciamente eso, un histotoriador social, apostando así por una "concepción de la historia sensible hacia el estudio de la sociedad"y el trabajo metódico sobre las fuentes históricas.
Entre todas sus obras se podrían destacar las siguientes: "Orto y ocaso de Sevilla", antes mencionada; "La sociedad española en el siglo XVII" (1963 Y 1970); "Las clases privilegiadas en la España del Antiguo Régimen" (1973); "Sociedad y Estado en el siglo XVIII español" (1976); "Política y hacienda de Felipe IV" (1960) y "España, tres milenios de historia" (2000), que tiene, como afirma el propio autor en el prólogo, un "cierto aire de testamento literario", obra en la que qiuedan reflejadas las dos facetas de don Antonio, la de profesor y la de investigador.