sábado, 23 de agosto de 2008

LA HISTORIA EN SUS TEXTOS

COMIENZA LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA: PRIMER DISCURSO DEL REY (22 DE NOVIEMBRE DE 1975)

"En esta hora cargada de emoción y esperanza, llena de dolor por los acontecimientos que acabamos de vivir, asumo la Corona del Reino con pleno sentido de mi responsabilidad ante el pueblo español y de la honrosa obligación que para mí implica el cumplimiento de las leyes y el respeto de una tradición centenaria que ahora coinciden en el trono.

Como Rey de España, título que me confieren la tradición histórica, las Leyes Fundamentales del Reino y el mandato legítimo de los españoles, me honro en dirigiros el primer mensaje de la Corona, que brota de lo más profundo de mi corazón.



Juan Carlos I pronuncia su primer discurso como rey.



Una figura excepcional entra en la historia. El nombre de Francisco Franco será ya un jalón del acontecer español y un hito al que será imposible dejar de referirse para entender la clave de nuestra vida política contemporánea. Con respeto y gratitud quiero recordar la figura de quien durante tantos años asumió la pesada responsabilidad de conducir la gobernación del Estado. Su recuerdo constituirá para mí una exigencia de comportamiento y de lealtad para con las funciones que asumo al servicio de la Patria. Es de pueblos grandes y nobles el saber recordar a quienes dedicaron su vida al servicio de un ideal. España nunca podrá olvidar a quien como soldado y estadista ha consagrado toda la existencia a su servicio.

Yo sé bien que los españoles comprenden mis sentimientos en estos momentos. Pero el cumplimiento del deber está por encima de cualquier circunstancia. Esta norma me la enseñó mi padre desde niño, y ha sido una constante en mi familia, que ha querido servir a España con todas sus fuerzas.

Hoy comienza una nueva etapa de la historia de España. Esta etapa, que hemos de recorrer juntos, se inicia en la paz, el trabajo y la prosperidad, fruto del esfuerzo común y de la decidida voluntad colectiva. La Monarquía será fiel guardián de esa herencia y procurará en todo momento mantener la más estrecha relación con el pueblo.

Pido a Dios ayuda para acertar siempre en las difíciles decisiones que, sin duda, el destino alzará ante nosotros. Con su gracia y con el ejemplo de tantos predecesores que unificaron, pacificaron y engrandecieron a todos los pueblos de España, deseo ser capaz de actuar como moderador, como guardián del sistema constitucional y como promotor de la justicia. Que nadie tema que su causa sea olvidada; que nadie espere una ventaja o un privilegio. Juntos podremos hacerlo todo si a todos damos su justa oportunidad. Guardaré y haré guardar las Leyes teniendo por norte la justicia y sabiendo que el servicio del pueblo es el fin que justifica toda mi función.

Soy plenamente consciente de que un gran pueblo como el nuestro, en pleno periodo de desarrollo cultural, de cambio generacional y de crecimiento material pide perfeccionamientos profundos. Escuchar, canalizar y estimular estas demandas es para mí un deber que acepto con decisión. La Patria es una empresa colectiva que a todos compete. Su fortaleza y grandeza deben apoyarse por ello en la voluntad manifiesta de cuantos la integramos. Pero las naciones más grandes y prósperas, donde el orden, la libertad y la justicia han resplandecido mejor, son aquellas que más profundamente han sabido respetar su propia historia. La justicia es el supuesto para la libertad con dignidad, con prosperidad y con grandeza. Insistamos en la creación de un orden justo, un orden donde tanto la actividad pública como la privada se hallen bajo la salvaguardia jurisdiccional. Un orden justo, igual para todos, permite reconocer dentro de la unidad Reino y del Estado las peculiaridades regionales, como expresión de la diversidad de pueblos que constituyen la sagrada realidad de España. El Rey quiere s todos a un tiempo y de cada uno en su cultura, en su historia y en su tradición.

La Corona entiende como un deber el reconocimiento y la tutela de los valores espíritu.

Como primer soldado de la nación me dedicaré con ahínco a que las Fuerzas Armadas de España, ejemplo de patriotismo y disciplina, tengan la eficacia y la potencia que requiere nuestro pueblo.

La Corona entiende también como deber fundamental el reconocimiento de los derechos sociale y económicos, cuyo fin es asegurar a todos los españoles las condiciones de carácter material que les permitan efectivo ejercicio de todas sus libertades. Por tanto, hoy queremos proclamar queremos ni un español sin trabajo ni un trabajo que no permita a quienes lo ejercen mantener con dignidad su vida personal y familiar, con acceso a los bienes de cultura y de la economía para él y hijos. Una sociedad libre y moderna requiere la aparición de todos en los foros decisión, en los medios de comunicación en los diversos niveles educativos control de la riqueza nacional. Hacer cada día más cierta y eficaz esa participación debe ser una empresa comunitaria y tarea de gobierno.

El Rey, que es y se siente profundamente católico, expresa su más respetuosa consideración para la Iglesia. La doctrina católica, singularmente enraizada en n pueblo, conforta a los católicos con la luz de su magisterio. El respeto a la dignidad de la persona que supone el principio de la libertad religiosa es un elemento esencial para la armoniosa convivencia de o sociedad.

No sería fiel a la tradición e mi si ahora no recordase que durante generaciones los españoles hemos luchado restaurar la integridad territorial den solar patrio. El Rey asume este objetivo con la más plena de las convicciones.

Señores consejeros del Reino, procuradores, al dirigirme como Rey desde estas Cortes al pueblo español, pido a Dios ayuda para todos. Os prometo firmeza y prudencia. Confío en que todos sabremos cumplir la misión en la que estamos comprometidos. Si todos permanecemos unidos habremos ganado el futuro.

¡Viva España!"

viernes, 22 de agosto de 2008

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA

LA DIVISIÓN DEL TIEMPO HISTÓRICO

No existe un acuerdo universalmente aceptado sobre la periodificación de la historia, aunque si un cierto consenso entre los estudiosos de la historia (y que por lo tanto se ha visto reflejado en el ámbito académico) para la civilización occidental que a su vez, ha sido extrapolado al resto del mundo. Así, tradicionalmente la historia ha sido dividida en edades las cuales han sido además divididas en otros periodos:

  • PREHISTORIA
  • HISTORIA ANTIGUA
  • HISTORIA MEDIEVAL
  • HISTORIA MODERNA
  • HISTORIA CONTEMPORÁNEA

Un problema fundamental que se presenta a la hora de llevar a cabo cualquier periodificación es el de su validez para distintos marcos geográficos, pues el devenir histórico es distinto en cada uno de ellos. Además, a esto hay que añadir los periodos de transición, que varían, claro está, entre un lugar y otro. Estas cuestiones no tienen fácil solución y la mayoría de las veces se solventan con acuerdos de carácter general entre los historiadores.

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE ESPAÑA

Tradicionalmente, la historia de España ha sido dividida tanto para su estudio como para su explicación en los distintos grados de la enseñanza, en una serie de etapas generales, que a su vez han sido divididas en otras. La razón de esto no es arbitraria, aunque a veces pueda parecerlo, sino que es producto del reconocimiento de una serie de tendencias de carácter general que caracterizarían a cada periodo histórico y además, y sobre todo, del acuerdo entre los propios historiadores para un mejor análisis y estudios de dichas etapas.

Así, la historia de España, siguiendo básicamente el mismo esquema en que se divide la historia universal, ha sido dividida en las siguientes etapas:
  • PREHISTORIA
  • HISTORIA ANTIGUA
  • HISTORIA MEDIEVAL
  • HISTORIA MODERNA
  • HISTORIA CONTEMPORÁNEA

LA HISTORIA EN SUS TEXTOS

LOS CATORCE PUNTOS DE WILSON




El presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson.



"1. Acuerdos de paz negociados abiertamente (...) La diplomacia procederá siempre (...) públicamente.

2. Libertad absoluta de navegación sobre los mares (...)

3. Supresión, hasta donde sea posible, de todas las barreras económicas (...)

4. Suficientes garantías recíprocas de que los armamentos nacionales serán reducidos al límite compatible con la seguridad interior del país.

5. Libre ajuste (...) de todas las reivindicaciones coloniales (...)

6. Evacuación de todos los territorios rusos (...)

7. Bélgica (...) deberá ser evacuada y restaurada.

8. Todo el territorio francés deberá ser liberado (...) El daño hecho a Francia en 1871, en lo que se refiere a Alsacia-Lorena (...), deberá ser reparado.


Versión en alemán de los 14 Puntos de Wilson.


9. Deberá efectuarse un reajuste de las fronteras de Italia, siguiendo las líneas de las nacionalidades claramente reconocibles.

10. A los pueblos de Austria-Hungría (...) deberá serles permitido, con la mayor premura, la posibilidad de un desarrollo autónomo.

11. Rumania, Serbia y Montenegro deberán ser evacuados (...) A Serbia se le concederá libre acceso al mar (...)

12. A los territorios turcos del actual Imperio otomano se les garantizará plenamente la soberanía (...), pero las otras nacionalidades que viven actualmente bajo el régimen de este Imperio deben (...) disfrutar de una total seguridad de existencia y de poderse desarrollar sin obstáculos.

13. Deberá constituirse un Estado polaco independiente, que comprenda los territorios incontestablemente habitados por polacos, los cuales deberán tener asegurado el acceso al mar (...)

14. Deberá crearse una Sociedad general de las Naciones en virtud de acuerdos formales, que tenga por objeto ofrecer garantías recíprocas de independencia política y territorial tanto a los pequeños como a los grandes estados."


Discurso del presidente Wilson al Congreso de EE.UU.
8 de Enero de 1918

MAURICIO ANTÓN: UN PALEOILUSTRADOR ESPAÑOL
















Homotherium persiguiendo Australopithecus africanus.

Estudiar el pasado de las sociedades humanas no siempre es fácil y, menos aún, enseñar a jóvenes adolescentes historia. A parte de la pregunta siempre presente en sus cabezas, que a menudo sale de sus labios -¿esto para que sirve?, ¿qué voy a aprender yo estudiando estas cosas?, etc- está la cuestión de recrear en sus mentes cómo vivían, cómo pensaban y cómo se alimentaban nuestros antepasados. Esta tarea ya de por si nada sencialla, se complica aún más si cabe al trabajar con las etapas más antiguas de la historia humana o, para ser más precisos de la prehistoria.

Para esta etapa, estamos sobre todo acostumbrados a trabajar con restos fósiles que poco le aportan a una persona no iniciada en el tema y, menos aún, a alumnos y alumnas en plena pubertad con no demasiado interés en el tema. Sin embargo, en los últimos años esto está dejando de ser un problema por la aparición de nuevas formas de tratar esta etapa histórica, ya sea con películas, valga como ejemplo El clan del oso cavernario, pero además de recreaciones realizadas por especialistas que nos ayudan a comprender mejor como vivían las sociedades humanas hace miles de años.


Hombres de la isla de Flores (Indonesia).


En este sentido, se ha destacar un nombre
, que tenemos la suerte de ser español, Mauricio Antón. Él es un especialista en el campo de la recreación
artística de cómo era la vida hace miles de años. Además de trabajar para revistas especializadas, museos e impostantes productoras de documentales, ha colborado con los codirectores del Proyecto Atapuerca en libros como La especie elegida, El chico de la Gran Dolina o El collar del neandertal.

El chico de la Gran Dolina.

LA HISTORIA EN SUS TEXTOS

LA TURDETANIA SEGÚN ESTRABÓN


"(...) De la Turdetania se exporta trigo, mucho vino y aceite; este último en cantidad y calidad insuperables. Se exporta también cera, miel, mucha co­chinilla y minio. Fabrican ellos mismos sus barcos con maderas del país (...). Anteriormente, importaban muchos tejidos, hoy en día, sus lanas son muy solicitadas y no hay ninguna que las supere en belleza. La abundancia de re­baños de todo tipo es muy grande, como también lo es la caza (...).

Los turdetanos tienen fama de ser los más cultos entre los íberos; tienen una gramática y poseen escritos de antigua memoria, poemas y leyes en verso, que, según dicen ellos, tienen seis mil años. Los otros íberos tienen también su gramática; pero ésta no es uniforme, porque tampoco todos hablan la misma lengua (...)".

Estrabón: Libro III de la Geografía


Zona aproximada en la que estuvieron asentados los turdetanos.

jueves, 21 de agosto de 2008

¿QUÉ ES LA HISTORIA?

TRES DEFINICIONES PARA REFLEXIONAR



Clío, musa de la historia


"La historia en sus dos sentidos - la investigación llevada a cabo por el historiador y los hechos del pasado que el estudia -, es un proceso social, en el que participan los individuos en calidad de seres sociales; y la supuesta antítesis entre la sociedad y el individuo no es sino un despropósito interpuesto en nuestro camino para confundirnos el pen
samiento."

Edwar H. Carr: "¿Qué es la historia?"


"...bueno será que se comience a enseñar la historia como un sistema de investigación: como un conjunto de métodos cuya finalidad principal es la de ayudar a los hombres a que, a través del desciframiento de su pasado, comprendan las razones que explican su situación presente y las perspectivas de que deben partir en la elaboración de su futuro. Una historia-herramienta , que enriquece la capacidad de comprensión y de crítica, supone una participación activa de todos cuantos se interesan por ella..."

Josep Fontana: "Los métodos de la Historia" (Cardozo-Brignoli)

"La historia es el estudio científicamente elaborado de las diversas actividades y de las diversas creaciones de los hombres de otros tiempos, cap
tadas en su fecha, en el marco de sociedades extremadamente variadas y, sin embargo, comparables unas a otras (el postulado es el de la sociología); actividades y creaciones con las que cubrieron la superficie de la tierra y la sucesión de las edades".

Lucien Febvre: "Combates por la historia"




ENRIQUE IV DE TRASTÁMARA

UN MONARCA DÉBIL A FINALES DE LA EDAD MEDIA







Enrique IV de Trastámara.




El reinado de Enrique IV de Castilla se extiende a lo largo de dos decenios exactos, y se sitúa entre el reinado de Juan II (1406-1054) y el de los Re
yes Católicos (1474-1516). Enrique IV de Trastámara conocido vulgarmente como Enrique el Impotente, era hijo de Juna II y de María de Aragón, y hermanastro de Isabel I. Este reinado, que constituye una de esas épocas de transición, ha sido considerado como el último extremo en la decadencia del poder regio.


Por el reinado de Enrique IV desfilarán personajes muy diversos pero sumam
ente ilustrativos de este tiempo cambiante. El primero de todos es su propio padre, un monarca cuya innegable abulia por los asuntos de gobierno resultó inversamente proporcional a la intensidad del esfuerzo desarrollado por su privado, Álvaro de Luna, para el restablecimiento de una monarquía autoritaria que acertara a prevalecer sobre la oligarquía nobiliaria. Juan II, quien en 1419, a los quince años, alcanzó la mayoría de edad, habría de disputar con sus primos aragoneses, a lo largo de los siguientes treinta y cinco años, el efectivo gobierno de Castilla. Una pugna, ésta, en la que correspondió al poderoso privado don Álvaro de Luna enfrentar su programa de monarquía autoritaria con el secular sentido aristocrático del ejercicio del poder distintivo de los infantes de Aragón.


Este universo de referencias no sólo no había desaparecido, sino que persistiría desde el comienzo del reinado de Enrique IV. Desaparecido Álvaro de Luna en 1453, Juan Pacheco, el Marqués de Villena, se convertiría, aunque sin la fuerza
emocional y política suficiente, en su sucesor en el ánimo de Enrique IV hasta 1461, aunque carecía de su sentido de la monarquía, del ejercicio del poder, y de la autoridad del rey. Probablemente Juan Pacheco no tenía una ambición inferior a la de Álvaro de Luna, pero claramente si le superó en la escasez de sus escrúpulos. En 1462, Beltrán de la Cueva se convirtió en el nuevo privado del monarca y defendería ardorosamente la causa regia frente a los nobles.


A lo largo de este periodo Enrique IV se enfrentó en varias ocasiones con la alta nobleza, como de 1463 a 1468, en torno a la asunto de la sucesión castellana. Los nobles
sublevados intentaron que el rey reconociera como heredero a su hermano, el príncipe Alfonso, y propagaron el rumor de que su hija Juana era ilegítima, apodándola 'la Beltraneja' para indicar que su verdadero padre era Beltrán de la Cueva. La contienda intestina con su hermano Alfonso, con episodios tan controvertidos como la deposición de su efigie en Ávila, no vienen sino a testimoniar la necesidad de reimpulsar la monarquía y dotarla de legitimación. Los últimos años de su vida, que coinciden con el matrimonio de su hermana Isabel con Fernando de Aragón, contemplan un pleito sucesorio que no se cerraría ni siquiera con su propia muerte.

Juana la Beltraneja.

SANCHO III "EL MAYOR"

EL GRAN MONARCA NAVARRO DE LA EDAD MEDIA





Juan de Ricci: Sancho III El Mayor (siglo XVII).


El reinado de Sancho III el Mayor de Pamplona (992-1035) va a marcar el tránsito de la baja a la plena edad media en la Península Ibérica.


Sancho Garcés III apodado el Mayor o el Grande fue rey de Pamplona (1004-1035), además de convertirse después en conde de Sobrarbe y Ribagorza, de Castilla, Álava y Monzón. A él se le considera como el monarca cristiano más poderoso de la Península Ibérica durante el siglo XI.

El reinado de Sancho el Mayor coincide con una fase expansiva de Europa en lo espacial, lo económico, lo social y lo cultural. En este ambiente, la Península Ibérica empezaba a despertar tras el impacto destructor y desmoralizador de las razzias de Almanzor y Abd al-Malik a caballo del año mil; pasando, después, todavía tímidamente, a la ofensiva, aprovechando el inicial desconcierto que la crisis del califato produjo, desde comienzos del siglo XI, en la tradicional unidad islámica de al-Andalus. En el tablero peninsular, desde finales del siglo X la situación política presentaba dos monarquías consolidadas, aunque de diferente cariz y evolución, como la astur-leonesa y la pamplonesa, un incipiente condado castellano, desgajado de León en su extremadura, y otros condados pirenaicos, que desde el de Aragón hasta el de Barcelona, componían un mosaico de espacios dominados por diferentes familias.


Esta agonía del Califato permitiría, en cambio, que la España cristiana se levantase de la postración política y de la posición militar defensiva a las que estaba reducida desde hacía casi un siglo; pero el Reino de León no conservaba en ella su antigua supremacía, y ante la
Monarquía asturleonesa, heredera de la visigoda-toledana, se levantaban nuevas potencias cristianas, como el Condado de Castilla y el Reino vascón de Pamplona. Así, a la hegemonía leonesa, quebrantada ya desde hacía algunos años por la hostilidad castellana, va a suceder ahora, aunque por poco tiempo, un periodo de hegemonía vascona. Sancho III Garcés, Rey de Pamplona, logrará, imponerse a León, someter a su influencia política el Condado de Castilla, colonizado en parte por vascones, y sustituir pasajeramente al Emperador leonés en su título imperial. Y después de su muerte será un hijo de Sancho Garcés, el príncipe Fernando, conde ya de Castilla, el que, al extinguirse en línea masculina la dinastía asturleonesa, recogerá la herencia del Imperio hispánico de León.



Territorios de Sancho III El Mayor.



A parte de lo ya apuntado, Sancho III el Mayor fue el introductor de las corrientes ultrapirenaicas dentro de la Península, tomó el carácter patrimonialista del poder, por el cual el rey tenía derecho a dividir el territorio entre sus hijos . Así, Sancho III el Mayor repartió el reino entre sus hijos García Sánchez, Fernando, Ramiro y Gonzalo.


Así, aunque para cualquier historiador resulta siempre difícil hacer divisiones de la historia, que por otra parte son necesarias para el análisis, entendimiento y explicación de la misma, desde mi opinión diré que los principales reinados de la Edad Media española son los de Sancho III el Mayor, el de Alfonso X el Sabio y el de los Reyes Católicos. Estos tres reinados marcan etapas de tránsito y están cargados de una importancia esencial.

jueves, 14 de agosto de 2008

LA GUERRA DE CUBA

"MÁS SE PERDIÓ EN CUBA"

La tercera de las guerras de Cuba (1895-1898) tendría como consecuencia la definitiva independencia de esta isla de España, y esto, en un contexto en el que el imperialismo norteamericano estaba empezando a surgir con gran fuerza.

Se trata de la primera guerra filmada, y en la que la prensa va a jugar un papel de primera mano en el desarrollo y desenlace final del conflicto.

A principios de 1898 Cuba lleva ya tres años luchando contra España. Hay que tener en cuenta que esta no era la primera guerra entre ambos, pues años antes, con la llamada guerra de los diez años, entre 1868-1878 y, luego, con la llamada guerra chiquita, en 1879, ya habían intentado los cubanos la independencia de la metrópolis.


José Martí: Un poeta y un revolucionario

En esta guerra de la independencia cubana, hay que destacar el importante papel jugado por José Martí, impulsor del independentismo cubano frente a España. Este escritor y político cubano tomó las riendas de la insurrección. Sería deportado a España, pero en 1892 termina estableciéndose en Nueva York, donde ese mismo año funda el Partido revolucionario cubano. Él apostaba por una Cuba democrática e independiente. Junto a Máximo Gómez, se convirtieron en las más altas autoridades de la revolución. Martí llegó a la isla en abril de 1895, pero murió al mes siguiente en una escaramuza con tropas españolas. Tras la muerte de éste, Antonio Maceo y Máximo Gómez controlaron el movimiento insurgente.

José Martí, lider independentista cubano.


La guerra


Los rebeldes cubanos controlaban el campo, gran parte de la selva y los montes. Se trataba esta de una guerra de guerrillas, de continuo desgaste del enemigo, en la que el machete, usado para cortar la caña de azúcar, era el arma mortífera contra los españoles. Al final las tropas españolas estaban desmoralizadas y enfermas. Fue esta una guerra donde murieron muchos civiles.


Desde España, donde había divergencias políticas respecto al grado de autonomía que se debía conceder a la isla, se enviaron miles de soldados. Por otra parte, a parte del cubano, a España se le abrió un segundo frente en Filipinas.


A finales de 1897 la guerra de había detenido, y España llegó a un pacto con los rebeldes, concediendo la autonomía plena a los cubanos.


La intervención de los Estados Unidos


Es en este contexto en el que se produce la irrupción de los EEUU. En este sentido, hay que tener en cuenta la situación geográfica y económica de Cuba a la hora de entender el interés norteamericano en la isla. Cuba se hallaba, y se halla, en una excelente posición estratégica, pues está en el centro del Caribe. Por otra parte, la economía cubana se centraba en la monoproducción de tabaco y azúcar, productos que se exportaban en su mayor parte a EEUU, de donde se importaban manufacturas. Así se puede entender el interés norteamericano en controlar Cuba.

En esta época EEUU había crecido muchísimo. Era patente su afán en tener una escuadra poderosa de cara a ampliar su comercio internacional, ya que producía más productos de los que podía consumir. EEUU sólo necesitaba un pretexto para intervenir Cuba, y ese pretexto lo iba a conseguir pronto. En enero de 1898 envió a La Habana al acorazado Maine, con la excusa de proteger a los ciudadanos estadounidenses de la isla. En la noche del 15 de febrero el navío explotó, y EEUU acusó a España de esto. Todavía no está del todo clara la responsabilidad de este suceso, pero parece que el navío fue volado por los propios estadounidenses.

Hundimiento del Maine en la bahía de La Habana.


Se va a iniciar así la guerra Hispano-estadounidense. Es en estos momentos cuando la prensa de EEUU va a jugar un papel decisivo a la hora de orientar a la opinión pública de aquel país hacia la guerra, que fue tomada como una revancha.


EEUU ofrece 300 millones de dólares por la isla a España, pero lo rechaza. Al final, EEUU decide entrar en guerra. El gobierno español, por su parte, se ve forzado a la guerra contra su voluntad para salvar el régimen constitucional.


Las tropas de EEUU desembarcaron en Cuba, donde se unieron con las cubanas. En un principio se nota la superioridad del ejército español en la selva por su mejor conocimiento frente a los estadounidenses, a lo que se suma el rifle máuser. Sin embargo, podo a poco las tropas estadounidenses fueron ganando terreno aunque con graves pérdidas. Así, tomaron Guantánamo, El Caney y la colina de San Juan entre junio y julio de 1898.


En mayo de ese año, la escuadra del almirante español Cervera se refugió en la bahía de Santiago de Cuba. El capitán general Blanco ordenó a Cervera sacar la flota (3 de julio), lo que éste último hizo contra su voluntad. Cervera se enfrentó así a la escuadra del almirante William Thomas Simpson, cuatro veces superior en número y mucho más moderna. La flota de Cervera fue totalmente destruida. Queda la duda de si el gobierno sacrificó la flota para terminar la guerra.


La Paz de París y el final de la guerra


El 12 de agosto se firmó el armisticio y el 10 de diciembre el Tratado de París, que ponía fin a la guerra. La isla pasó a estar hasta 1902 bajo administración estadounidense.

EEUU enviaría también fuerzas a Filipinas, donde Emilio Aguinaldo era el cabecilla del ejército rebelde, y a Puerto Rico. Luego Aguinaldo y sus rebeldes se enfrentarían a EEUU.

A pesar de la independencia de Cuba, muchos españoles se quedaron en la isla tras la guerra, y los lazos entre ambas naciones se han mantenido a lo largo del siglo XX.

Finalmente, decir que esta guerra iba a suponer para España su fin como gran potencia. El desastre del 98 fue el origen de una corriente reformadora conocida como Regeneracionismo, que iba a tratar, a través de su discurso, de modernizar el país.

LAS MISIONES JESUÍTICAS GUARANÍES

A su llegada a América, los jesuítas, como otras órdenes religiosas, se van a dedicar a adoctrinar a los indígenas en la fe cristiana y enseñarles las costumbres y tradiciones españolas. Para ello, van apostar por reducirlos en misiones como las que crearán en el noreste de la actual argentina, en Paraguay y en el sur de Brasil.

La característica más notable de estas poblaciones es quizás su aislamiento. Así, los jesuitas se instalaron en esta región en 1631, y aunque se reconocen inmersos en el sistema colonial, va a plantear una forma de acercamiento a los aborígenes totalmente diferente. Apuestan por el método de la reducción pero sobre una serie de supuestos como la ausencia de malocas y de entradas de bandeiras y dejando a los indios libres de la mita. Poco a poco se irá logrando la unión de diferentes grupos y la primitiva reducción.


Conjunto jesuítico de Nuestra Señora de la Candelaria en Argentina.


El territorio de las misiones guaraníes, dividido en dos grupos de pueblos, sería blanco de disturbios, ataques y hasta de decisiones políticas. Así, cuando a mediados del siglo XVIII se reconoció con Portugal la entrega de la colonia del Sacramento, se dieron en trueque los siete pueblos que estaban al oriente del río Uruguay. Poco a poco, se fue logrando una adecuación constante entre el aporte europeo y el guaraní. Sin embargo, las misiones se iban alejando poco a poco de la práctica colonial general y van apareciendo como una verdadera utopía.

Tras el destierro de los jesuitas en 1768 los pueblos pasarán a tener una organización opuesta a la tradicional, y en breve tiempo se despoblarán y arruinarán.

Ruinas jesuíticas de San Miguel Arcángel en Brasil.

martes, 12 de agosto de 2008

LA MUJER EN LA PREHISTORIA

Las mujeres de la Prehistoria realizaban las labores esenciales en el mantenimiento del grupo al igual que los hombres, es decir, intervenían en todas las actividades propias del campamento, desde las religiosas a la caza.

En la Prehistoria se relaciona a la mujer con la preparación del alimento y la preservación de unas adecuadas condiciones de higiene y salud, asimismo con el cuidado del resto de los miembros del grupo. Es cierto que tradicionalmente se han minusvalorado estas actividades, sin embargo en todas las sociedades conocidas se ha dado una división del trabajo por sexo, que debe entenderse como una estrategia social para obtener el máximo éxito en la explotación de recursos.

En la Prehistoria, la alimentación de los individuos infantiles mediante la lactancia era un recurso fundamental y esto pudo vincularlas a las actividades de mantenimiento y al espacio doméstico pero sin que eso significara necesariamente desigualdad o subordinación.

Las mujeres cazaban e intervenían en determinadas producciones como la de piedra tallada o metalurgia. Además las imágenes del pasado las muestran integradas en actividades rituales y religiosas.

Artículo tomado del blog conarteysal.blogspot.com

CANALETTO: EL PINTOR DE LAS VISTAS URBANAS



"Piazzetta y Bacino de San Marco" (1730-1733).


Giovanni Antonio Canal, también conocido como Canaletto (1697-1768) fue un pintor veneciano que pasó a la historia del arte por sus famosos paisajes urbanos de Venecia en los que usaba la técnica de la veduta (género pictórico muy usado en el settecento italiano que consiste en vistas urbanas siempre en perspectiva).

Desde joven, el pintor empieza a familiarizarse con los paisajes urbanos de su ciudad natal. En 1719 se desplaza a Roma donde tiene ocasión de conocer a Giovanni Paolo Pannini, otro gran pintor de la época y que también sigue la corriente vedutista. Es a partir de sus estancia en Roma cuando empieza a pintar diferentes escenas urbanas.


"Arco de Constantino en Roma" (1733).


A su regreso a Venecia empieza a realizar algunas de sus grandes obras, entre las que destacan las que realiza para Joseph Smith.

Debido a la guerra de sucesión austriaca, en 1746 se ve obligado a trasladarse a Inglaterra, donde se dedica a pintar Londres y la campiña inglesa. Finalmente, en 1756 regresa a Venecia donde muere en 1768.




¿UN BARCO DEL SIGLO XVIII CONVERTIDO EN RESTAURANTE Y DISCOTECA?

Actualmente se encuentra en la ciudad de Málaga una réplica del Santísima Trinidad (recordemos que el barco original fue hundido en la batalla del cabo de Trafalgar junto a las costas andaluzas en 1805 en el contexto de las guerras napoleónicas) como producto turístico. La réplica de dicho barco fue comenzada en Galicia y terminada en Algeciras para, postariormente, ser ubicada, como se ha indicado, en el puerto de Málaga, donde funciona como restaurante, discoteca y sala de exposiciones.

Reproducción del Santísima Trinidad en el Puerto de Málaga.


Además de la oferta de restauración, en el barco se alberga un pequeño museo en el que se enponen lienzos que reproducen la batalla de Trafalgar, sables de la época, planos de bueques, instrumentos de navegación, etc. Nuestro interés reside precisamente en el aspecto cultural e histórico del barco, puesto que es una réplica exacta del barco hundido por los ingleses en 1805.

EL SANTÍSIMA TRINIDAD, UN BARCO DEL SIGLO XVIII

Nuestra Señora de la Santísima Trinidad, más conocido como Santísima Trinidad, fue el navío español más grande de su época, siendo el único barco de cuatro puentes, por lo que recibiría el sobrenombre de El Escorial de los mares. Años después de su hundimiento en 1805 en la batalla de Trafalgar, el novelista Pérez Galdós lo describía en los siguientes términos en su obra Trafalgar:


"El Santísima Trinidad era un navío de cuatro puentes. Los mayores del mundo eran de tres. Aquel coloso, construido en La Habana con las más ricas maderas de Cuba en 1769, contaba con treinta y seis años de honrosos servicios. Tenía 220 pies (61 metros) de eslora, es decir, de popa a proa; 58 pies de manga (ancho), y 28 de puntal (altura desde la quilla a la cubierta), dimensiones extraordinarias que entonces no tenía ningún buque del mundo. Sus poderosas cuadernas, que eran un verdadero bosque, sustentaban cuatro pisos. En sus costados, que eran fortísimas murallas de madera, se habían abierto al construirlo 116 troneras: cuando se le reformó, agrandándolo, en 1796, se le abrieron 130, y artillado de nuevo en 1805, tenía sobre sus costados, cuando yo le vi, 140 bocas de fuego, entre cañones y carronadas. El interior era maravillosos por la distribución de los diversos compartimentos, ya fuesen puentes para la artillaría, sollados para la tripulación, pañoles para depósitos de víveres, cámaras para los jefes, cocinas, enfermería y demás servicios. Me quedé absorto recorriendo galerías y demás escondrijos de aquel Escorial de los mares. Las cámaras situadas a popa eran un pequeño palacio por dentro, y por fuera una especie de fantástico alcázar; los balconajes, los pabellones de las esquinas de popa, semejantes a las linternas de un castillo ojival, eran como grandes jaulas abiertas al mar, y desde donde la vista podía recorrer las tres cuartas partes del horizonte.

Nada más grandioso que la arboladura, aquellos mástiles gigantescos, lanzados hacia el cielo como un reto a la tempestad. Parecía que el viento no había de tener fuerza para impulsar sus enormes gavias. La vista se mareaba y se perdía contemplando la inmensa madeja que formaban en la arboladura los obenques, estáis, brazas, burdas, amantillos y drizas que servían para sostener y mover el velamen".


Maqueta del Santísima Trinidad

EL CONDE-DUQUE DE OLIVARES


Diego Velázquez: "Retrato ecuestre del conde-duque de Olivares" (1634).


Gaspar de Guzmán y Pimentel (1587-1645), conde Olivares y duque de Sanlúcar la Mayor, también conocido como Conde-Duque de Olivares fue valido del rey Felipe IV.


El Conde-Duque nació en Roma en 1587, donde su padre era embajador de Felipe II, y estudió en Salamanca. En 1615 pasa a formar parte del séquito del príncipe, el futuro rey Felipe IV, quien desde el comienzo de su reinado dejará todos los asuntos del gobierno en manos de Olivares.



Diego Velázquez: "El conde-duque de Olivares".


Olivares quería recuperar el prestigio de la monarquía española en el exterior, para lo que intervino en de forma activa en la Guerra de los Treinta Años, pero también llevar a cabo una serie de reformas, radicales, en el interior. Su programa, recogido en el Gran Memorial (escrito redactado por él mismo), pretendía recuperar el poder del rey y el prestigio de la monarquía como institución.


El gran proyecto de Olivares: la Unión de Armas

La Unión de Armas fue un proyecto del Conde-Duque de Olivares que consistió en fijar el contingente militar que cada reino o territorio debía aportar para mantener la defensa de la Monarquía Española.


En el Gran Memorial de 1624, Olivares manifestó la intención de extender las leyes de Castilla a los otros territorios de la Monarquía. Uno de esos pasos era precisamente era repartir la carga humana y financiera de la defensa y de la guerra, que estaba sportada casi exclusivamente por Castilla. El plan encontró numerosos obstáculos y no se obtuvo el número de soldados previsto, sustituyendo algunos reinos el alistamiento por cantidades de dinero y, otros, como Cataluña, no participaron en ese proyecto. Así, la Unión de Armas terminaría convirtiéndose en una de las causas de la crisis de la Monarquía en 1640.

Las derrotas en el exterior y el fracaso de sus intentos de reformas en el interior, donde también existía una importante oposición a su política, terminaron apartando a Olivares del gobierno. Así, en 1643 es destituido por Felipe IV, retirándose a Loeches y posteriomente a Toro, donde murió en 1645.


Tumba de don Gaspar en Loeches.

EL CONDE-DUQUE DE OLIVARES Y EL REFORMISMO DEL SIGLO XVIII



Diego Velázquez: "El conde-duque de Olivares".


Olivares intentó reformar la estructura de la monarquía para reforzar la autoridad real, gravando con impuestos a las regiones y dominando a la aristocracia, después de comprobar que el sistema de los Austrias no se adecuaba a los tiempos. La extensión territorial del Imperio español en el siglo XVII hicieron insostenibles los costes para manterner la defensa e integridad de dichos territorios. Por todo ello, el conde-duque se esforzó por fortalecer a la corona, superar al enemigo en el interior, las élites regionales y los nobles castellanos, y por integrar al conjunto de España en una monarquía centralizada. Estas reformas, desde luego radicales para la época, se emprendieron en un mal momento, cuando el rey era débil, la sociedad se mostraba reacia a los cambios y la aristocracia decidida a incrementar su poder.

Si uno se fija en la fecha de 1643, el fracaso de Olivares parace absoluto, sin embargo, sus proyectos no fueron del todo olvidados.

Con la caída de Olivares sus planes de reformas fueron derrotados pero no destruidos, es más, incluso resurgen en las décadas siguientes. A pesar de lo apuntado, no es hasta la llegada de los Borbones en 1700 cuando los ministros se atreven a realizar reformas tan radicales como las del conde-duque. En el siglo XVIII se observan muchas de las mismas preocupaciones que agobiaron a Olivares, y, lo que es más significativo, soluciones parecidas a las suyas: montes de piedad y el impuesto único, proyectos de repoblación, educación de nobles, honrar el trabajo y suavizar los estatutos de limpieza de sangrw(en este sento véase Gonzalo Anes, El Antiguo Régimen: los Borbones, especailmente pp.131 y ss.). A esto hay que añadir el interrogante de si no eran los Decretos de Nueva Planta la realización bajo condiciones más favorables del gran proyecto de Olivares para hacer del rey un auténtico rey de España. Así, aunque estas refomas estaban recubiertas de la retórica internacional propia de la Ilustración, gran parte de su contenido era producción original autóctona (tesis defendida entre otros por J. H. Elliott en El conde-duque de Olivares, pp.745-746).

SEVILLA: "PUERTO Y PUERTA DEL NUEVO MUNDO"



Sevilla en el siglo XVI.



Sevilla constituía el puerto y la puerta del Nuevo Mundo. La metrópoli hispalense era el ámbito terrestre para toda la gente de mar de la Carrera de las Indias.

En 1503 se situó en Sevilla la Casa de la Contratación, destinada a dirigir el tráfico de personas y mercancías con ultramar y, desde entonces, la ciudad fue oficialmente el puerto obligatorio de entrada y salida de embarcaciones para las Indias. Esto hizo que la ciudad creciera tanto económicamente como en número de habitantes, llegando a convertirse en una de las ciudades más grandes de Europa.

Sevilla tenía una serie de ventajas que hicieron a las autoridades decantarse por esta ciudad para monopolizar el comercio y las comunicaciones con América. Así, era el puerto más densamente poblado de la zona, donde podían extraerse marineros con facilidad y además la ciudad podía absorber y alojar la masa de población de marineros, pasajeros y comerciantes que iban a embarcarse en las flotas. Buena parte de la gente de mar eligió como asentamiento el arrabal de Triana en la orilla derecha del Guadalquivir. La ciudad también era un centro administrativo y antigua sede donde se concentraba el poder aglutinador representado or el rey. Sevilla era el centro económico del valle del Guadalquivir, que suponía la vía de comunicación natural de una de las regiones más prósperas, por su riqueza agrícola y su vida urbana, del occidente europeo. Y para financiarlo todo estaban los banqueros genoveses afincados en la ciudad desde la Edad Media. A esto se sumaba su posición de puerto interior, lo que suponía una garantía para evitar los asaltos. Sin embargo, existía un gran inconveniente, la ciudad tenía un puerto fluvial cuya capacidad para recibir navíos de gran tonelaje en plena carga era muy limitada. Por ello, aunque Sevilla fue la metrópoli indiscutible desde el punto de vista demográfico, administrativo o comercial, tuvo que compartir con otros lugares la condición de puerto de las Indias. En realidad, la gran puerta de entrada y salida hacia el Nuevo Mundo fue un complejo portuario que desde Cádiz, pasando por el Puerto de Santa María y Sanlucar de Barrameda, llegaba hasta Sevilla.

El famoso "Arenal de Sevilla", una superficie de unos setecientos metro de largo por trescientos de ancho, era el centro de la vida portuaria de la ciudad. Este Arenal era el auténtico corazón que recibía e impulsaba el flujo marítimo de Sevilla.



El puerto de Sevilla en el siglo XVI con el Arenal en primer término y al fondo Triana.

ESPOZ Y MINA

Francisco Espoz y Mina (1781-1836) fue un destacado militar español de principios del siglo XIX y cuya carrera militar comenzó en 1808 al iniciarse la Guerra de la Independencia.
Ese mismo año, se enroló en el destacamento del inglés Doyle y participó en el sitio de Jaca (1808-1809), tras lo cual se incorporó en el "Corso terrestre de Navarra" dirigido por su propio sobrino Francisco Javier Mina. En 1810 su sobrino fue capturado por los franceses, consiguiendo entonces Espoz y Mina unificar a todos los grupos de guerrilleros de Navarra. Es precisamente a partir de aquella época cuando comienza a ser conocido como el "Pequeño Rey de Navarra". Durante los años que duró la guerra contra los francesese consiguió importantes éxitos guerrilleros así como ascender militarmente.
La vuelta de Fernando VII trajo consigo la persecución de los liberales, ideas que apoyaría Espoz y Mina, como queda reflejado en el pronunciamiento de 1814 en Pamplona intentado proclamar la Constitución gaditana de 1812. Fracasado este intento tendría que refugiarse en Francia.

Tras el triunfo del pronunciamiento de Riego en 1820 regresaría de Francia y apoyaría la causa liberal, pero en 1823 tuvo que huir a Inglaterra para pasar después a París, tras ser derrotado por el duque de Angulema que dirigía los "Cien Mil Hijos que San Luís" y el cual había sido encomendado por la Santa Alianza para volver a restaurar a Fernando VII como monarca absoluto.
En 1833 regresaría a España tras la amnistía concedida por la regente María Cristina de Borbón. A partir de entonces se dedicaría a enfrentarse al carlismo en el norte de España.
Finalmente, Espoz y Mina moría en 1836, depositando después sus restos en un mausoleo situado en el claustro de la catedral de Pamplona.

MANUEL GODOY: LA AVENTURA DEL PODER

Tradicionalmente se ha considerado a Manuel Godoy como el gobernante más funesto de la historia de España. Este libro de Emilio La Parra constituye una revisión de este personaje apoyada en una importante bibliografía y una gran cantidad de documentos de archivo. Así, esta obra tiene un gran interés en un año como el presente, 2008, en el que se celebra el doscientos aniversario de la invasión francesa de España, tanto para analizar y reflexionar sobre este político y el reinado de Carlos IV como sobre los orígenes de la Guerra de la Independencia. Por todo ello, recomiendo a todo aquel interesado en este periodo de la historia de España que se acerque a este libro.

lunes, 11 de agosto de 2008

RECORDANDO A ANTONIO DOMÍNGUEZ ORTÍZ

Ante todo señalar que Antonio Domínguez Ortiz ha sido, es y será maestro de historiadores y maestros de maestros que se encargan de enseñar a sus alumnos y alumnas historia. Quizás, y en este sentido, se destaque siempre la faceta de investigador de don Antonio, pero una gran parte de de su vida estuvo dedicada a enseñar a los jóvenes historia, hecho éste que sin lugar a dudas influyó en su obra haciéndola amena e inteligible para un gran público no especializado, cosa no siempre presente en las obras dedicadas a esta disciplina, y no por ello carentes de rigor.

Antonio Domínguez Ortiz nació en 1909 en la ciudad de Sevilla. Su padre era artesano-artista bastante culto lo que influyó en don Antonio para que desde joven se aficionase a la lectura.

En 1932 se licencia en Filosofía y Letras Sección Historia por la Universidad de Sevilla. Durante sus años universitarios conoció a importantes personajes de la Sevilla del momento como Francisco Murillo, Jorge Guillén o Juan de Mata Carriazo y se inició en la investigación histórica realizando diversos trabajos en el Archivo de Indias.

En 1940 se convirtió en Catedrático de Instituto aunque siguió dedicándose a la investigación histórica. en este sentido, su primera obra relevantes es quizás "Orto y ocaso de Sevilla" (1941). Va a continuar publicando e impartiendo cursos en distintas universidades así como ponente en diversos congresos. En 1982 se le concede el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales y en 1985 es nombrado Hijo Predilecto de Andalucía. finalmente, murió en el año 2003.

Como afirma Ricardo García Cárcel en "Antonio Domínguez Ortiz, un historiador social" (Historia Social nº 47, IV 2003), don Antonio fue preciamente eso, un histotoriador social, apostando así por una "concepción de la historia sensible hacia el estudio de la sociedad"y el trabajo metódico sobre las fuentes históricas.

Entre todas sus obras se podrían destacar las siguientes: "Orto y ocaso de Sevilla", antes mencionada; "La sociedad española en el siglo XVII" (1963 Y 1970); "Las clases privilegiadas en la España del Antiguo Régimen" (1973); "Sociedad y Estado en el siglo XVIII español" (1976); "Política y hacienda de Felipe IV" (1960) y "España, tres milenios de historia" (2000), que tiene, como afirma el propio autor en el prólogo, un "cierto aire de testamento literario", obra en la que qiuedan reflejadas las dos facetas de don Antonio, la de profesor y la de investigador.